"Yo aborrezco sus fiestas religiosas; no me agradan sus cultos solemnes. Aunque me traigan holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré, ni prestaré atención a los sacrificios de comunión de novillos cebados. Aleja de mí el bullicio de tus canciones; no quiero oír la música de tus cítaras. ¡Pero que fluya el derecho como las aguas, y la justicia como arroyo inagotable!"
Amós 5:21-24
30/12/06
Cita bíblica
29/12/06
Decálogo del voto ético
“Con este Decálogo Evangélico del Voto Ético y Lúcido, 
I. El voto es intransferible e innegociable. Con él, el cristiano expresa su conciencia como ciudadano. Por esto, el voto debe reflejar la comprensión que tiene el cristiano de su país, su provincia y municipio:
II. El cristiano no debe violar su conciencia política. No debe negar su manera de ver la realidad social, aun cuando un líder de la iglesia busque dirigir el voto de la comunidad en otra dirección;
III. Los pastores y líderes tienen la obligación de orientar a los fieles sobre cómo votar con ética y con discernimiento. No obstante, deben evitar transformar el proceso de aclaración política en un proyecto de manipulación e inducción político-partidario.
IV. Los líderes evangélicos deben ser lúcidos y democráticos. Por lo tanto, antes que indicar a quién la comunidad debe votar debe orientar a los cristianos a conocer bien la historia y principalmente la propuesta de gobierno de los candidatos a través de debates multipartidarios y otros medios que permitan que todos sean oídos sin preconceptos.
V. La diversidad social, económica e ideológica que caracteriza a la iglesia evangélica en el Brasil debe llevar a los pastores a no intentar realizar procesos político-partidarios dentro de la iglesia, para no correr el riesgo de que estos procesos dividan a la comunidad en distintos partidos;
VI. Ningún cristiano debe sentirse obligado a votar a un candidato por el simple hecho de que éste se confiese cristiano evangélico. Más bien, los evangélicos deben discernir si los candidatos que se dicen cristianos son personas lúcidas y comprometidas con las causas de la justicia y de la verdad. Aun más, es fundamental que el candidato evangélico quiera ser elegido para propósitos mayores que simplemente defender los intereses inmediatos de un grupo religioso o de una denominación evangélica. Es obvio que la iglesia tiene intereses que pasan también por la dimensión política. Pero es demasiado mezquino y pobre pretender elegir a alguien simplemente para defender intereses limitados a las causas temporales de la iglesia. Un político evangélico tiene que ser, por sobre todo, un evangélico en la política y no un mero “agente” de iglesias.
VII. Los fines no justifican los medios. Por lo tanto, el elector cristiano no debe jamás aceptar el pretexto de que un político evangélico votó de cierta forma simplemente porque obtuvo la promesa de que, al hacerlo, conseguiría algunos beneficios para la iglesia, sean radios, concesiones de TV, terrenos para templos, líneas de crédito bancario, propiedades u otros “trueques”, aunque sean menores. A pesar de que todos demos por sentado que entre los bastidores de la política haya acuerdos y arreglos de intereses, no se puede sin embargo admitir que dichos “ajustes” impliquen la prostitución de la conciencia de un cristiano, aun cuando la “recompensa” sea aparentemente muy buena para la expansión de la causa evangélica. A fin de cuentas, Jesús no aceptó ganar los “reinos de este mundo” por cualquier medio. Él prefirió el camino de la cruz;
VIII. Los electores evangélicos deben votar a sus candidatos basándose sobre todo en programas de gobierno y no simplemente en función rumores del tipo: “Tal candidato es ateo” o “Fulano va a cerrar las iglesias” o “Mengano no va a dar nada para los evangélicos” o aun “Zutano es bueno porque dará mucho para los evangélicos”. Es bueno saber que 
IX. Siempre que un elector evangélico se encuentre en una encrucijada del tipo: “el candidato evangélico es óptimo, pero no me gusta su partido” es una buena sugerencia que aún así se le dé un “voto de confianza” a ese hermano en la fe, siempre que tenga las calificaciones para el cargo. La fe debe priorizarse a las simpatías ideológico-partidarias.
X. Ningún elector evangélico debe sentirse culpable por tener una opinión política diferente de la de su pastor o líder espiritual. El pastor debe ser obedecido en todo aquello que enseña sobre 
28/12/06
John A. T. Robinson
Un verdadero radical tiene que ser un hombre de raíces. En palabras que he usado en otro lugar: “El  revolucionario puede ser un ‘extraño’  en cuanto a la estructura que quiere ver colapsar; por cierto, debe colocarse fuera de ella. Pero el radical va a las raíces de su propia tradición. Debe amarla: debe llorar sobre Jerusalén, aún cuando tenga que pronunciar su condena”
Elisa Carrió: "No puede haber reconciliación con impunidad"
 
Volvió de Sudáfrica encandilada con el proceso posterior al apartheid encabezado por Nelson Mandela, a quien adjudica "un liderazgo magnánimo, con capacidad para perdonar mientras la justicia sigue su camino".
Elisa Carrió cree que el estado de crispación que 
Afirma que "el pasado está volviendo como parodia, aunque ya tenemos una tragedia, la de [Jorge] López". Elogia la candidatura de monseñor Piña en Misiones, y contextualiza el conflicto con 
Desafiante, y en diálogo con 
Bronceada, y con un llamativo collar de perlas alrededor del cuello, afirma que la nueva oposición al "régimen de protofascismo ignorante" será encabezada por "personas que resistan".
Niega cualquier acercamiento con Roberto Lavagna, detrás del cual, sostiene, está "
-El testigo López sigue sin aparecer ¿La democracia peligra? 
-Hay responsabilidad nacional y provincial, ratificada por el Gobierno que ahora impulsa un régimen de protección de testigos, pero esto se enmarca en algo más complejo: el pasado está volviendo como parodia, y lo único trágico es lo que le ocurre a López. El escenario fascista y maniqueo que tenemos impide pensar, debemos dar batalla por las palabras.
-¿De qué manera? 
-La palabra reconciliación se equipara a impunidad, y justicia está usada por algunos que buscan venganza.
-Reconciliación sin impunidad. ¿Qué significa? 
-La reconciliación debe ser producto de la verdad y la justicia. El ánimo que debe presidir esa búsqueda es de reconciliación, un estado interior que forma parte de la instancia del perdón y va por carriles separados del sistema legal. Cuando Juan Pablo II se reúne con Ali Agca lo perdona, pero no pide una rebaja de la pena.
-¿Qué ocurrió en Sudáfrica? 
-Ellos no buscaron una reconciliación barata fundada en el olvido, sino una profunda basada en la confesión de los hechos, la construcción de la memoria y que todos reconocieran las violaciones de los derechos humanos. Los miembros del Consejo Nacional Africano dijeron que su causa había sido justa, pero reconocieron que habían violado derechos humanos.
-¿Es posible algo similar aquí? 
-Aquí, salvo la nulidad de los indultos, tenemos el sistema legal más completo sobre revisión del pasado. La diferencia fue el ánimo: la capacidad de perdón de líderes como Mandela, que se puso por encima de los negros y dio confianza a los blancos.
-¿Y Kirchner? 
-Su posición es absolutamente la contraria: un liderazgo de división, resentimiento, discordia y odio. En Sudáfrica tienen miedo de "latinoamericanizarse" con el modelo chavista, partición para mantener hegemonía de liderazgos populistas y fascistas.
-¿Quiénes son los resentidos? 
-La ignorancia sólo se puede vestir de soberbia, porque si no muestra su propia debilidad. Estos liderazgos expresan rencores de una sociedad por mucho tiempo frustrada, lo que en un inicio produce éxitos transitorios y popularidad extrema. Popularidad y fascismo van unidos.
-Los juicios a militares deben continuar, entonces... 
-Por supuesto. No hay equivalencia moral entre actos de delincuentes comunes o acciones guerrilleras y el terrorismo de Estado, pero para reconciliar a una sociedad debe haber arrepentimiento interior.
-Al Gobierno le falta ese ánimo. 
-Llamo a la sociedad a no ser cómplice, a reconocer cuando aplaudimos o miramos para otro lado. Ese cambio y rechazo de la violencia simbólica servirá para evitar la violencia real, como vimos en el Hospital Francés.
-¿El conflicto con 
-Sí. La filosofía es la de Nietzsche, para quien todo es voluntad de poder, concepto del que se enamoraron tanto los nazis como las izquierdas. Si hay sólo poder no hay trascendencia y sí idolatría, al liderazgo le molesta lo que esté por encima.
-¿No es enfrentamiento con las corporaciones, entonces? 
-Lo que molesta es el testimonio, y Piña lo está dando de manera correctísima. Los creyentes deben testimoniar en la vida pública cuando están en juego valores esenciales. En 
-¿Por qué se busca venganza? 
-Es una miseria del carácter presidencial. Mandela puso a De Klerk como vicepresidente, y acá se confunde fuerza con fortaleza. Siempre se dijo que "Carrió exagera", pero en este escenario, con periodistas amenazados, iglesias perseguidas, esquemas de delación de 
-¿Y la oposición? 
-En este sistema no hay oposiciones orgánicas, sino individuos que resisten, como en 
-¿Qué siente cuando ve a ex amigos de ARI defender al Gobierno? 
-No los juzgo. Hubiera dado muchas cosas para que estuviéramos juntos; no pudo ser. Estoy contenta de que este momento no me encontró como ministra de 
-¿Y si Lavagna la llama para articular algo en común? 
-No pasaría nada. No hay que volver a 
-¿Se le puede ganar a Kirchner? 
-No sé, América latina es cambiante. Lula tampoco podía perder.
Por Jaime Rosemberg
Publicado el 15/10/06 en La Nación
http://www.lanacion.com.ar/849565
 
27/12/06
Cita bíblica
cuya esperanza está en el Señor su Dios,
creador del cielo y de la tierra,
del mar y de todo cuanto hay en ellos,
y que siempre mantiene la verdad.
El Señor hace justicia a los oprimidos,
da de comer a los hambrientos
y pone en libertad a los cautivos.
El Señor da vista a los ciegos,
el Señor sostiene a los agobiados,
el Señor ama a los justos.
El Señor protege al extranjero
y sostiene al huérfano y a la viuda,
pero frustra los planes de los impíos.
Salmos 146:5-9
Entrevista: Carlos Raimundi
| Medio: Canal 9 CR: Carlos Raimundi / MG: Mariano Grondona / AR: Alejandro Rozitchner / LN: Luis Novaresio MG: Carlos, me parece que es el que más lejos está de una convergencia ¿Estoy  equivocado o no? LN: ¿El ARI se siente afuera de, para ponerlo con nombre y apellido, de los  actuales candidatos, digo de Lavagna, de Macri, o hay algo de estas estructuras  tradicionales que rescatan? CR: No, ángeles no, sino que es un camino, como usted decía, más largo que trata de conseguir legitimidad no juntando dirigentes, sino tratando de generar conciencia. Voy a poner otro ejemplo, cuando días atrás algunos radicales, cuando todavía no se había bajado Solá, nos convocan a hacer un Foro por la Justicia Independiente, desde luego que no son todos los radicales iguales, desde luego, y sobre todo la gente de la base, la de buena fe que no tiene nada que ver con esto; la respuesta es: muchachos, decídanse, o van y acuerdan el Consejo de la Magistratura tres jueces para ustedes y uno para mí, o hacen el foro de la justicia independiente, lo que no se puede ser es acuerdista e intransigente al mismo tiempo, no se puede recibir los beneficios del acuerdismo y después blanquearse con las fuerzas que tienen un poco más de patrimonio ético, eso no se puede hacer; y hay cosas que hay que decirlas en política, y hay que decirlas así... Usted me va a decir "se pelean con todos los dirigentes" ¿Y para qué quiero yo juntar lo que sé que después va a repetir las mismas prácticas? Yo lo que quiero es tener legitimidad en la gente que dice "basta de esta dirigencia política". | 
24/12/06
Cita bíblica
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los presos y dar vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año del favor del Señor”
Lucas 4:18, 19
El año de la iglesia
El suave tono de voz de Bergoglio no precisa de mucha reverberancia artificial para hacerse inaudible. Pero la situación no parece incomodarlo: en esas reuniones habla lo menos posible y se concentra en escuchar las respuestas del visitante a sus preguntas.
2006 fue un año difícil para él. Y para la Iglesia en su conjunto. Comenzó con la transición del papado de Juan Pablo II a Benedicto XVI en 2005. El propio Bergoglio había sido el cardenal más votado entre los 115 que participaron del Cónclave después del propio Joseph Ratzinger, y fue Bergoglio quien pidió a sus electores que votaran por Ratzinger en el siguiente conteo. Pero Benedicto XVI, en no pocos aspectos, resulta la contracara de Bergoglio y del propio Juan Pablo II. Esas diferencias se hicieron notar a lo largo de 2006, por ejemplo en su inoportuna controversia con la religión musulmana.
Pero los desafíos que el cardenal primado de la Argentina y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina tendría por delante en su país no le permitieron prestar mucha atención a Roma. La conflictiva relación de Kirchner con la Iglesia, el vacío que dejaba la oposición y el papel político que asumió el obispo Joaquín Piña (jesuita como Bergoglio) al oponerse a la reelección indefinida en Misiones, llenaron su agenda. Con la irrupción de este último, la Iglesia, tan desprestigiada por su triste rol durante la última dictadura militar, parecía reconciliarse con la sociedad civil, volver a sintonizar las frecuencias terrenales de sus fieles y recuperar un papel en la escena nacional.
Religión y política. El protagonismo del cristianismo en la política no es sólo un fenómeno local. Durante las últimas elecciones en los Estados Unidos, la cuestión de la fe fue el divisor de aguas entre conservadores y liberales. Allí, a la inversa que aquí, fue el estandarte del gobierno frente a la oposición. Pero en ambos casos estuvo omnipresente.
Elisa Carrió es la dirigente argentina que tiene más amalgamada su militancia política y religiosa. Su caso es aún más interesante porque Lilita siente que a veces Dios le habla directamente. Al revés de Bergoglio, la voz de Carrió es potente y clara, y no sólo no se preocupa de que eventuales micrófonos registren su parecer sino que ella misma los usa para enviar su mensaje a los cuatro vientos.
Aunque desde posiciones institucionales muy diferentes comparten la misma convicción en su fe. Pero a diferencia de Bergoglio, quien antes de ingresar al seminario se graduó como químico y es muy respetuoso de la medida, la exuberancia desbordante de Lilita la lleva a catequizar sin sutilezas. Cuento un ejemplo personal: cada vez que me ve trata de reconvertirme al catolicismo. “No puede ser que alguien como vos no sea creyente”, me dice.
Después de haber tomado la comunión como la gran mayoría de los chicos argentinos y a pesar de contar con un tío abuelo obispo en Italia, creí hacerme ateo a los 13 años cuando leí que el Santo Oficio torturó a Galileo Galilei por su célebre frase “Eppur si muove” al defender la posición de Copérnico de que la Tierra giraba en torno al Sol. A mis 20 años, ya en plena dictadura militar, a instancias de Alicia Moreau de Justo pasé de ateo a agnóstico. Con la sabiduría de sus por entonces 80 años, quien fue la primera mujer en recibirse de médica en Argentina, me dijo: “La conducción de la Iglesia es lamentable, pero hay muchos curitas buenos (sic) ayudando a las víctimas de la represión. Yo también por rebeldía fui atea de joven, pero con los años comprendí que era soberbia ser atea; ahora digo que soy agnóstica”.
En la Argentina hay una enorme oportunidad para recuperar ateos y agnósticos a algún tipo de fe. En pocos países cristianos la Iglesia fue tan desprestigiada por las acciones y omisiones de sus propios obispos y cardenales.
Hace unos años, la revista Liberale pidió a Umberto Eco y al arzobispo de Milán, Carlo Maria Martini, que compartieran con sus lectores un diálogo epistolar titulado En qué creen los que no creen. En una de esa cartas, Eco le preguntó al cardenal Martini: “¿Existe una noción de esperanza y de propia responsabilidad en relación al mañana que pueda ser común a creyentes y no creyentes?”. El cardenal le respondió: “ Existe un humus profundo del que creyentes y no creyentes, conscientes y responsables, se alimentan al mismo tiempo, sin ser capaces, tal vez, de darle el mismo nombre. Esto se hace especialmente visible en el caso de quienes se entregan de manera desinteresada y por su propio riesgo, en nombre de los más altos valores, sin compensación visible”.
“A menos que creas, no entenderás”, dice la Biblia. “No es lo mismo pensar una cosa que contar con ella”, decía Ortega y Gasset. Quien cree, abre un crédito, deposita una confianza, como hicieron los miles de ciudadanos que pudieron contar con el obispo Joaquín Piña, el personaje político de 2006.
Jorge Fontevecchia - Diario Perfil (23/12/06)
http://www.perfil.com/contenidos/2006/12/23/noticia_0041.html
23/12/06
¿Qué es el Fondo para el Ingreso Ciudadano de la Niñez (FINCINI)?
Este proyecto debe comprenderse como un primer paso para revertir las estrategias que se vienen aplicando actualmente en el campo económico y social, mediante la creación de instituciones de carácter universal y preventivo que sirvan para eliminar las actuales situaciones de estigma, marginación, clientelismo e ineficiencias en la asignación de los recursos públicos.
Es habitual señalar que "la mayoría de los pobres son niños" y "la mayoría de los niños son pobres". Esta situación se deriva de la conjunción de dos factores: 1) el elevado número de familias con ingresos por debajo de la línea de pobreza, y 2) el hecho de que las familias pobres tienen más niños que el resto de la población. Uno de los resultados es que, al menos en los sectores populares, la oferta de trabajo femenina responde a la imperiosa necesidad de obtener ingresos para aportar al sostenimiento de los miembros económicamente dependientes de su familia. Así, las mujeres enfrentan tasas de desocupación más altas y además tienden a desempeñarse en puestos de menor remuneración, cificación y estima, como los servicios personales o los procesos más rutinarios de ciertas ramas industriales. Además, hay mayor incidencia de los índices de pobreza entre lo hogares con jefatura femenina.
Otro resultado es que los niños y las niñas se ven forzados a trabajar a edades más tempranas, sean actividades remuneradas o asumiendo trabajos domésticos que permiten que otros miembros del grupo familiar ingresen al mercado de trabajo. De esta manera, los menores que deben trabajar, abandonan prematuramente el sistema educativo, o disminuyen notoriamente su rendimiento en el mismo. Como resultado, la formación educativa de muchos niños y su calificación para trabajar se resiente y, de esta forma, deterioran sus posibilidades de obtener empleo, no sólo en el presente sino también en el futuro. Además, estos niños y niñas trabajan en condiciones de extrema precariedad.
El proyecto considera que el tratamiento que las actuales políticas públicas dan al problema es erróneo, ineficiente y desigualitario.
Entre los programas que están "justificados" en la niñez, el más importante es el de las asignaciones familiares, cuyo principal problema es que la cobertura comprende a las familias de los trabajadores que se desempeñan en situación de dependencia, y con contratos laborales registrados. El derecho a la percepción se extendió también a otros grupos familiares, principalmente los beneficiarios del sistema previsional y del subsidio por desempleo. No obstante, el alcance restringido de la cobertura hace que prácticamente la mitad de los niños y niñas del país no estén cubiertos por los programas de asignaciones familiares. La limitación de la cobertura afecta principalmente a las familias con menores ingresos y con mayor número de hijos.
La política tributaria opera también mediante transferencias fiscales de ingreso fundadas en los menores. Así, la normativa correspondiente al llamado impuesto a las ganancias reconoce a los perceptores de ingresos una serie de "deducciones" en concepto de " Cargas de familia". El punto que debe destacarse es que en tanto la deducción por cargas de familia no opera como crédito fiscal reembolsable, sólo están en condiciones de recibir el subsidio implícito quienes tienen ingresos lo suficientemente elevados como para ser contribuyentes efectivos del impuesto a las ganancias. Además, el valor de las deducciones por cargas de familia se convierte en una transferencia (subsidio) creciente, puesto que la efectiva posibilidad de utilizarlas aumenta a medida que crece el ingreso declarado por los contribuyentes.
El proyecto propone la creación del FONDO PARA EL INGRESO CIUDADANO DE LA NIÑEZ - FINCINI, mediante el cual se postula reservar una masa de recursos fiscales con el objetivo único de financiar un ingreso monetario a todos los niños y las niñas hasta los 18 años de edad, y a las embarazadas desde el 4ª mes de gestación. El FINCINI pagaría un ingreso universal e incondicional a cada niño/a denominado aquí INGRESO CIUDADANO DE LA NIÑEZ - INCINI. El INCINI consistiría en una suma de dinero uniforme, ( En principio $60,abonado mensualmente), para cuyo acceso no se establece ninguna condición ni requisitos adicionales, sea por parte de los beneficiarios directos (embarazadas, niños o niñas), como de sus padres o tutores
En términos operativos el INCINI funcionaría como crédito fiscal efectivo y en dinero. Sintéticamente, por intermedio de este proyecto de ley se propone:
1) Eliminar las actuales asignaciones familiares y reemplazarlas por una única transferencia, el INCINI.
2) Eliminar las deducciones por cargas de familia que actualmente están vigentes en el impuesto a las ganancias de las personas físicas.
3) Ampliar la base imponible del impuesto as las ganancias de modo tal que todos los ingresos personales queden gravados, con independencia de la fuente en que se originan.
4) Unificar y reducir parcialmente los mínimos no imponibles de las distintas categorías de los perceptores de rentas.
5) Modificar la actual distribución del impuesto a las ganancias de forma tal que una parte importante vaya a financiar el FINCINI sin que pierda recursos el sistema nacional de previsión social y que aumenten los recursos asignados a la coparticipación nación - provincias.
  
22/12/06
Cita bíblica
Santiago 1:27
21/12/06
"¡Qué barbaridad!" > "Habría que hacer algo" > "Voy a hacer algo" > "Hice esto"
Hermano Roger (Comunidad Taizé)
"¿Dónde estaríamos hoy si ciertas mujeres, hombres, jóvenes y también niños no hubieran surgido en momentos en que la familia humana parecía destinada a lo peor? No dijeron: '¡Dejemos que las cosas sigan su curso!'. Más allá de las confrontaciones entre personas, pueblos y familias espirituales, prepararon un camino de confianza. Sus vidas son testimonio del hecho de que los seres humanos no han sido creados para la desesperanza"
¿Despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal?
El proyecto de Gorbacz se diferencia de los ya presentados en que no sólo despenaliza el cultivo y la tenencia de estupefacientes para consumo personal y deja sin efecto las llamadas medidas de seguridad, sino que también contempla la posibilidad de que una persona que se encuentre detenida por cualquier delito, y sea consumidora de estupefacientes, tenga derecho a acceder a un tratamiento sólo cuando prestare consentimiento para ello.
“La ley 23.737 ha establecido, entre otras medidas, la penalización de la tenencia de drogas, incluyendo a las que tienen como destino el consumo personal. El resultado es que el mayor porcentaje de causas es por consumo y no por comercio. Es el mundo del revés. Palos para los adictos e impunidad para los narcos”, dijo el diputado.
Gorbacz dijo que “es necesario sacar a los consumidores de drogas de los tribunales y acercarlos a un sistema de salud que reduzca los daños que les genera el consumo y les otorgue la posibilidad de un tratamiento que respete su singularidad. Nadie va voluntariamente a un tratamiento si piensa que pueden procesarlo”.
“La aplicación de la ley 23.737 lejos de solucionar los problemas vinculados con las drogas no hizo más que acentuarlos, porque expulsó a la marginalidad a sujetos que lo que necesitan es integrarse a la sociedad”, acentuó el arista.
Existe además jurisprudencia que ha declarado la inconstitucionalidad de la penalización del consumo de estupefacientes, por violar el artículo 19 que preserva las acciones privadas de los hombres de la intervención del Estado. Varios jueces, entre ellos el propio Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Raúl Zaffaroni, se han pronunciado en este sentido.
Para concluir, Gorbacz informó que también presentó un proyecto que prevé la creación en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación, del Plan Federal de Asistencia Pública, Universal y Gratuita de las adicciones.
(Ver PROYECTO DE LEY. MODIFICACIÓN DE LA LEY DE ESTUPEFACIENTESNº 3.737 en Documentos relacionados)
20/12/06
Arzobispo Óscar Romero
"¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Un ídolo de oro, un becerro de oro. Y lo están adorando, se postran ante él, le ofrecen sacrificios. ¡Qué sacrificios enormes se hacen ante la idolatría del dinero! No sólo sacrificios, sino iniquidades. Se paga para matar. Se paga el pecado. Y se vende. Todo se comercializa. Todo es lícito ante el dinero"(Homilía dominical, 11 de septiembre de 1977)
Cita bíblica
El ayuno que he escogido,
¿no es más bien romper las cadenas de injusticia
y desatar las correas del yugo,
poner en libertad a los oprimidos
y romper toda atadura?
¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento
y dar refugio a los pobres sin techo,
vestir al desnudo
y no dejar de lado a tus semejantes?
Si así procedes,
tu luz despuntará como la aurora,
y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
y la gloria del Señor te seguirá.
Llamarás, y el Señor responderá;
pedirás ayuda, y él dirá: ¡Aquí estoy!
Si desechas el yugo de opresión,
el dedo acusador y la lengua maliciosa,
si te dedicas a ayudar a los hambrientos
y a saciar la necesidad del desvalido,
entonces brillará tu luz en las tinieblas,
y como el mediodía será tu noche.
El Señor te guiará siempre;
te saciará en tierras resecas,
y fortalecerá tus huesos.
Serás como jardín bien regado,
como manantial cuyas aguas no se agotan.
Tu pueblo reconstruirá las ruinas antiguas
y levantará los cimientos de antaño;
serás llamado reparador de muros derruidos,
restaurador de calles transitables.
19/12/06
Carrió: Discurso en la Asamblea Nacional del ARI (27/5/06)
...Los aparatos se reciclan, son las mismas caras que muestran  distintos discursos. La tesis de esta mirada es que los aparatos son  invencibles. Es la mirada de la resignación histórica más colosal de la  Argentina degradada. Que una mirada pueda decir que el uso, que la prepotencia,  que la violencia del poder, básicamente el uso de los pobres, aún constituida  como simulacro, es invencible, no marca la fuerza del que ostenta ese poder,  sino la profunda resignación histórica del que mira desde ese lugar. Vence aquel  que impide al otro mirar desde la conciencia, aquel que, al que tiene mirada de  conciencia, le dice: no vas poder. La derrota consiste, no en una derrota  electoral, sino la de una mirada que mira desde el sujeto, un sujeto que mira  con conciencia, que quiere ser libre, que mirando, desde el porvenir y no desde  el pasado, quiere construir otra historia, y nos niega en nuestra más formidable  esencia que es ser humanos.
Si los sujetos nacieron para ser dominados  por los aparatos, no hay sujetos, y menos sujetos donde repose algo del espíritu  y de la condición humana. Si los hombres hubieran nacido para la esclavitud de  la mentira, del uso, de la pobreza, de lo antropológicamente disvalioso, y esto  fuera invencible, en realidad el sujeto carecería de sentido. Que estemos hoy  juntos acá, que nazca un hijo, que haya un nieto y una familia, tampoco tendría  sentido. Frente a la absoluta obsolescencia en consecuencia de una consideración  de la condición humana vacía de sentido, para poner donde no hay sentido, sólo  aparato, poder, violencia y prepotencia, no hemos nacido. Por eso lo primero que  debemos considerar es una filosofía del sujeto, y en segundo lugar una filosofía  de la historia. Porque si no podemos recomenzar una campaña electoral con un  discurso que genere, por sobre la esclavitud de la mentira y de la ausencia de  lenguaje, que elimina el pensamiento y lo aniquila, la verdad es que con sólo  recetas de aspirina no se cambia una nación.
Si nosotros no nos podemos  constituir en un partido capaz de actuar, pero también de pensar distinto y de  indagar sobre las propias miserias de nuestros propios conocimientos, si cada  uno de nosotros quiere seguir atado a algún pensamiento que en el pasado le dio  identidad, pero que no mira a la Argentina desde el porvenir, nosotros no  podemos dar cuenta de otro gobierno ni de otra nación. Porque seguiremos  esclavos de las apariencias. Se puede ser en apariencia más decente, pero no  basta.
El primer planteo que quiero hacer es acerca de lo que es el  sujeto. Porque pareciera ser que a principios del siglo XXI, ni en la Argentina,  ni en Sudamérica ni en Europa, se entiende bien qué es el sujeto.
El  sujeto fue considerado en las dos doctrinas emancipatorias que dieron fundamento  a la modernidad, en una relación, no con el tiempo que lo hacía sujeto, sino con  el trabajo. Esta sociedad basada exclusivamente en la cultura del trabajo, pero  en la de un trabajo que es el trabajo industrial. Es la sociedad del trabajo  industrial, ésta es la sociedad moderna, que discutió durante más de dos siglos  que la emancipación del sujeto y del hombre pasaba, no por el modo del trabajo,  si era antropológicamente libre o no, sino que pasaba exclusivamente por la  discusión de quiénes detentaban la propiedad de los medios de  producción.
En consecuencia, el sujeto iba a ser libre para unos si era  igual, en tanto todos fueran propietarios de los medios de producción,  colectivamente, comunitariamente, en la tesis marxista. Lo cierto es que el  final de la historia puede comprobar que el sujeto de la fábrica está alienado,  aunque el titular de los medios de producción sea el estado. Porque el trabajo,  antropológicamente considerado, no está allí y porque el tiempo del sujeto es  enajenado. En ambos casos, la plusvalía tampoco le pertenece al obrero. La  prueba de que la plusvalía no estuvo en el obrero, es que hoy los grandes  empresarios rusos son los viejos líderes del Politburó. En la apariencia de  poner la emancipación en la titularidad de los medios de producción, se llevaron  puestos millones de europeos del este, y se calló la masacre de los Gulag, en  aras de una ideología igualitaria y emancipadora.
No hay frase más  maravillosa que la del relato y la anécdota de Maurice Duverger, en Lo bueno y  lo malo de la ciencia social de Marx, un libro que les recomiendo, que se llama  Los Naranjos del Lago de Balaton y que puede resumir esto. Los líderes del  Politburó mandaron a plantar naranjos en los Lagos de Balaton y consultaron  entonces a los ingenieros agrónomos. En clara interpretación de la doctrina  marxista entendieron que los naranjos iban a brotar en el Lago de la Balaton.  Convocados los ingenieros agrónomos dijeron que esto era imposible porque con la  primera helada se iban a quemar los naranjos. Finalmente, en fiel interpretación  de la doctrina marxista, se plantaron los naranjos que se quemaron en la primera  helada. Los ingenieros agrónomos fueron condenados por traición al Partido  Comunista y a la ideología marxista.
La doctrina emancipatoria, que  decía que el sujeto libre, en la libre competencia con los otros sujetos, iba a  construir el progreso ilimitado, que en definitiva es la doctrina emancipatoria  del liberalismo, no otorgó libertad, sino que dio esclavitud a millones de  personas. Porque finalmente unos usaron la libertad de los otros en beneficio  propio. En consecuencia, se fueron construyendo sociedades cada más libres para  algunos y cada vez más esclavas para otros, hasta finalizar en el proceso de  exclusión, con hombres y mujeres superfluos, a lo largo y a lo ancho del  territorio de la humanidad, sin trabajo, sin futuro, sin sentido.
Lo que  ya advertía la escuela de Frankfurt -pero ya lo hacía antes Weber- era que la  emancipación y el progreso eran una trampa que iba a terminar en una cárcel de  burocratización, se está dando en una plenitud nunca vista, a lo largo de todo  el espacio de la humanidad.
Pero no menos cierto es que la racionalidad  instrumental, que fue la abanderada del ciclo de la modernidad, tuvo su  paradigma más extremo y más brutal en el uso de la racionalidad instrumental  para la constitución de los nazismos y de los fascismos, que terminaron en el  aniquilamiento de millones y millones de personas, eso sí con la nueva  tecnología moderna de las cámaras de gas. De modo que el Holocausto no es algo  más en la rara historia de azares y tragedias de la humanidad, sino que es el  punto en el que la modernidad mostró que los medios cuando no tienen contenido  ético, puestos al servicio de cualquier fin, sirven a la matanza generalizada y  no a la liberación. Pero si en ambas doctrinas emancipatorias hoy se advierte  una amputación enorme, en términos emancipatorios, no es menos cierto que el  camino de la democracia fue tan sinuoso como el propio camino de esas  doctrinas.
Debemos analizar muy profundamente qué concepto de democracia  tenemos, porque en un partido donde venimos de distintas identidades, la  cuestión teórica de la democracia no es una cuestión menor, ni en la Argentina  que viene ni en los males de la Argentina del pasado. Porque parece que no  entendemos lo mismo cuando algunos hablamos de democracia.
La noción de  democracia de un presidente como Kirchner es sustancialmente opuesta a la noción  de democracia que nosotros damos. La noción de democracia de un Díaz Bancalari,  si la tiene, está denotando una antítesis. Pero ambos hablan de la misma palabra  connotando significados opuestos. Es preciso analizar teóricamente esta  cuestión, porque el ARI no puede tener, en estos temas neurálgicos desde donde  brota la práctica diferencias profundas. En el concepto de Hannah Arendt, es mi  idea lo que genera mi práctica. No puede acá haber, aunque se ven muchas  discusiones, una diferencia tan profunda que nos lleve a entender cosas  distintas con una misma palabra.
La noción misma de democracia es  difícil, porque los institucionalistas la han puesto en las reglas, e incluso  algunos analíticos la han vaciado de contenido, diciendo que finalmente la  democracia sólo es un conjunto de medios procesales, de reglas, para canalizar  el debate de ideas. Con lo cual esta visión procesal de la democracia vendría a  ser una noción institucional vacía que es el lugar parlamentario donde se  procesan las decisiones, pero que no hace referencia –y en esto tiene mucho que  ver la visión positivista- a la condición humana, al sujeto, al contenido ético.  Basta que haya una regla del proceso para que estemos en presencia de una  democracia, como la visión de estado de derecho sujeto a normas de Hans Kelsen,  pero precedido por un escepticismo ético gravísimo. Hay otros que consideran  otra cosa con la democracia que la resumiríamos en una poesía de Borges. Para  otros la democracia es un abuso de la estadística, que consiste en que cualquier  mayoría, contando numéricamente cuántos somos, determina la decisión democrática  y la misma mayoría legitima el contenido, es decir, está relevada de dar razones  porque somos mayoría. Efectivamente tiene su origen en teorías como la de  Rousseau, mal interpretadas, porque Rousseau tiene que resolver el tema del  contrato social, que no se inscribe en ningún lugar.
Es como cuando se  pregunta por el contrato moral. No se entiende que hay procesos teóricos y  prácticos que son procesos sociales, y en todo caso en algunos casos son niveles  teóricos y de análisis. El gran problema de Rousseau es decir: nosotros  transformamos los sujetos en estado de naturaleza, entreguen sus derechos  naturales a ese contrato social que le son devueltos en términos de derechos  civiles, derechos protegidos. El problema es quién decide cuál es la voluntad  general y ahí viene el problema de Rousseau. Él dice que la voluntad general es  la que respeta el interés general, es la que coincide con él, y después dice que  necesariamente tiene que ser mayoría. Y es cierto. Pero esta teoría democrática,  de sustancialidad democrática vía voluntad general que necesariamente tiene que  ser mayoritaria, terminó en una mayoría que nunca tuvo que dar razones. Esta  visión democratista mayoritaria es la que funda los regímenes más tremendos para  la humanidad. En una dictadura está claro que hay un usurpador, pero un régimen  avalado por la mayoría y donde ésta se siente relevada de dar razones en función  del abuso de la estadística, es la peor de las dictaduras porque son las  dictaduras de la mayoría, que son las que llevaron a la cámara de gas a los  judíos. Es preciso tener clara esta concepción porque en la Argentina hay una  profunda confusión acerca de esto. Por ejemplo, y bajando un poco el nivel  discursivo y el sujeto, en la Convención Constituyente Nacional, Adelina  Dalessio de Viola decía: porque somos la mayoría podemos aprobarla. Lo hacía  obviamente en nombre del justicialismo. Esta tesis mayoritaria de abuso de la  estadística tampoco considera el sujeto, la conciencia, la razón, ni la  condición humana.
Hay una tercera posición respecto de la democracia que  pone antes de la regla de la mayoría, la vieja tradición de la mejor razón moral  y de los derechos humanos de todos, no sujetos a ninguna regla de la mayoría. A  derechos humanos que están antes, por constructivismo moral o por  iusnaturalistas. Que cada cual, de acuerdo a sus convicciones, use la teoría que  quiera. Habrá algunos que estarán con los constructivistas, otros con los  iusnaturalistas, otros con los estoicos de los griegos, y yo que estaré con los  mandamientos judeocristianos. No importa, lo cierto es que en esta concepción de  la democracia primero están los sujetos, la condición humana, los derechos que  emergen por sí mismos de esa condición humana, de esa razón de historia y de  sentido. Después está la regla de la mayoría, como medio al servicio de la  protección y desarrollo de esos derechos humanos.
En consecuencia, no  hay mayoría que pueda ponerse por encima de la condición humana, y no de la  condición humana de las mayorías, sino de las minorías. Porque en esta  concepción de la democracia, el objetivo final de que los derechos humanos  precedan a la regla de la mayoría es la protección básica de aquellos que no  están representados en la mayoría. Es la única concepción que nos protege de la  exclusión indígena, del pobre, del diferente, del que tiene creencias religiosas  diferentes, de la mujer, del niño, del anciano. Es la que pone el contrato moral  como núcleo de la condición humana, antes y no después de la regla de la  mayoría.
Ni nosotros, ni los justicialistas, ni los liberales, ni los  republicanos, ni los de izquierda, ni los de derecha, pueden decidir más allá de  la condición humana y de los derechos que están allí. En consecuencia la regla  de la mayoría es la regla que permite un debate acerca de la protección y el  desarrollo de esos derechos, pero nunca puede servir al aniquilamiento de esos  derechos en nombre de la mayoría. Por eso la necesidad republicana de una  articulación donde la regla de la mayoría, condicionada por la parte de derechos  y libertades de una constitución republicana, pueda gobernar pero al mismo  tiempo existan tribunales independientes que garanticen que nunca la regla de la  mayoría pueda violar ninguno de los derechos que son anteriores y superiores a  esa regla.
Esta es la República, es la concepción republicana de  división de poderes, que no tiene sentido aristocrático como algunos creen, sino  que tiene un profundo sentido de protección a las minorías. El desprecio por esta  concepción democrática y republicana es la que ha traído la tragedia a la  nación. Es cierto que hay algunos republicanos que creen en la república  aristocrática pero no estamos hablando de esto. Estamos hablando de la  democracia republicana que pone esta condición para asegurar estos derechos y si  no tenemos claro esto no podemos gobernar una nación, porque la tentación  mayoritaria nos viene de la concepción de Roca, de Yrigoyen, adquiere su climax  en la concepción de Perón, y se ve en el espejo del simulacro vándalo de  Kirchner.
En esto no podemos crear diferencias en el ARI, porque la  tentación mayoritaria es el peor riesgo que puede tener un partido, que quiere  para sí monopolizar la opinión, las ideas, construir la historia, porque  aniquila y anula la diferencia. Solo reclama los derechos de la minoría mientras  es minoría pero el día que es mayoría reclama los mismos derechos de la vieja  mayoría trágica. En consecuencia, no podemos caminar ni transitar un cambio de  cultura de la nación sin que cada uno de nosotros estemos seguros de que los  derechos de las minorías deben ser asegurados por sobre todo y no sólo cuando  somos minoría.
Hay un libro que se llama La conquista de América y la  cuestión del otro, donde se expone lo que Cortés decía: o idénticos o  eliminados. Es interesante esa frase. Claro que los indígenas tienen que estar  con nosotros, pero cristianizados. Es una especie de concertación plural de lo  idéntico, porque había una imposibilidad de reconocer en el otro una diferencia  de dioses, de tiempo, de circularidad. Esa es la matriz cultural de América  Latina: o idéntico o aniquilado. Es eso lo que a veces decimos, amar la  diferencia es poder estar, no con el otro que piensa parecido a mí, sino con el  que piensa distinto de mí pero que respeta esta regla del camino.
Hay  una segunda cuestión que quería debatir, pero sobre la cual tampoco puede haber  diferencias en este partido, porque hace al núcleo, al corazón de lo que le  tenemos que proponer a la nación. No ahora que somos minoría, el desafío es  ofrecerle a la nación este modelo democrático cuando seamos mayoría. Cuando la  tentación mayoritaria asoma es cuando las miserias de los hombres requieren de  lo idéntico para no sentirse amenazados. Hay que estar muy seguros de los  propios valores pero también de la diferencia para poder sostenerse, no en la  prepotencia sino en la razón, la pluralidad y en la tolerancia.
El  pluralismo no puede ser confundido jamás con el relativismo ético y cultural,  tampoco con aquel que elige cualquier posición, aunque sea válida porque es  subjetiva, porque la dice un sujeto por azar, por capricho o por razón. Porque  el escepticismo ético, junto con el positivismo, han hecho demasiado daño a la  modernidad, para generar pragmáticos al servicio de la acumulación y no  sustancialistas al servicio de los derechos humanos.
Pluralismo no es  renuncia a estas categorías morales previas, sino que sobre estas categorías de  condición humana y morales previas, se pueda articular el debate de la  diferencia, pero manteniéndola. Porque existe un yo y un tú es que existe un  nosotros. El pluralismo no existe cuando digo: como hay gente que está conmigo,  aunque vengan comprados de otro lugar, soy plural porque yo soy el centro del  pluralismo. Lo plural supone esta diferencia entre el yo y el tú que permite el  nosotros. Que no se confunda el pueblo de la nación entre el sistema de  cooptación brutal, por quiebre de conciencias, con el pluralismo. El pluralismo  es la explosión de la diferencia que enriquece a partir del profundo respeto a  los principios de la condición humana. Y excluye la voluntad de dominio, pero no  excluye la firmeza de las convicciones.
Algunos entendieron que  renunciar a la voluntad de dominio sobre una idea era no pelear por las  convicciones, ahí hay que recordar a uno de los más grandes liberales de la  historia, que es John Stuart Mill, que dice: yo no pienso como vos, pero daría  la vida para que vos puedas expresar ese pensamiento, pero no en el relativismo  de discutir y renunciar a mi convicción, sino poder dar el debate claro por  razones y por argumentos. Para que haya diálogo y debate, tiene que haber  fundamentos morales de un nuevo diálogo. Y esos fundamentos morales de un  diálogo son tácticas, son conductas. Los fundamentos morales de un nuevo diálogo  que precede a ese acuerdo de conductas de los que piensan diferente, es no  mentir, no usar, no trampear, pero no es lo idéntico. No me tiene que asustar el  otro si estoy segura de mis convicciones. Asusta el diferente, genera miedo de  contagio. Sólo temen contagiarse los que son débiles de espíritu para sostener  sus convicciones.
El otro punto, además del concepto de democracia, que  me parece que tendríamos que discutir para transitar este camino, es cuáles son  las categorías de nuevos paradigmas, fracasada la modernidad en su espíritu  emancipador y su doctrina marxista. El problema no es cómo dejar la vieja  historia, sino cómo construir la nueva y cómo plantear el devenir. Hay algunos  pensadores con posiciones prácticas, que han anticipado esto.
Me parece  muy interesante un lingüista como Noam Chomsky. Es alguien que podría ser  considerado en Estados Unidos como un liberal de izquierda. Un liberal de  izquierda es alguien que cree en la pluralidad, en la diferencia, en la  libertad, en la igualdad y es de izquierda porque plantea determinadas  posiciones de justicia. Noam Chomsky quería ser usado por la ideología de  izquierda –estas categorías en Estados Unidos no son claras-. Estas categorías  vienen de Francia, del modo en que se sentaban los diputados, son otras  categorías en Estados Unidos. Cuando queremos trasladar las categorías, estamos  muertos. Miren quiénes están sentados a la izquierda en la Cámara de Diputados  de la Nación y se van a dar cuenta. El problema que tiene Noam Chomsky es que él  va tomando posiciones por fuera de las ideologías, que son posiciones  sustentadas en un liberalismo de izquierda pero en un razonamiento con toma de  posición de justicia en cada caso. En unos casos, los americanos dicen: Chomsky  se corrió a la derecha, y en otros, cuando se corrió a la derecha, otro dice:  no, siempre fue de izquierda. ¿Qué es lo que pasa con Chomsky? Él pide como  práctica los nuevos paradigmas, no cree en aquellas categorías emancipatorias.  Se dio cuenta, estudió y en consecuencia se guía por paradigmas de justicia, es  decir, por posiciones de razón de justicia frente a este liberalismo en cada  caso, defendiendo a las minorías, a cualquiera, a muchas, no sólo a las minorías  queridas por la izquierda.
Si ustedes toman a Michel Foucault, un  filósofo francés, se van a dar cuenta que, ya no en el campo de las condiciones  de justicia, sino en el campo de la misma ciencia, de la filosofía, construye la  genealogía y comienza la ruptura de la jerarquía de los saberes. Para que  ustedes entiendan sintéticamente, entre el saber de un especialista en técnicas  disciplinarias en una prisión y el saber de alguien que ha pasado por la  prisión, es más importante el saber técnico. ¿Qué es lo que hace que el saber  técnico sea superior al saber del dolor de haber pasado la cárcel? Restituye la  genealogía, la pluralidad de los saberes sin jerarquía que permiten algunas  obras como Historia de la locura de la época clásica. Si las categorías  emancipatorias no nos sirven porque no dan cuenta del sentido, tenemos que dar  cuenta de otras categorías que puedan verse desde el devenir, es decir cuáles  van a ser las categorías con las que van a razonar nuestros hijos y que nosotros  deberíamos conducir como modelo de emancipación.
No hay que renunciar a  la emancipación, porque eso es renunciar a la condición humana. Cuando las  categorías de emancipación que nos constituyeron ya no sirven, es preciso hacer  como Einstein, es preciso cuestionarlas, y si es necesario ponerlas en la basura  para cuestionar, porque lo importante no es la categoría donde me construí como  sujeto, sino cómo logro la emancipación mía y de mis hijos.
No se debe  pensar desde el lugar donde me siento más seguro, sino desde la incerteza de la  providencia de la historia para poder deambular en el futuro buscando la  emancipación. Acá hay un interés profundamente egoísta en muchos que es no  querer desnudarse de su propia historia para construir otra historia y querer  trasladarle su propia historia a las generaciones venideras. Eso es  individualismo, es egoísmo aunque tenga ropaje socialista. ¿Cuáles son esas  categorías? Primero la moral es, en una definición de un nuevo paradigma, no una  moralina de prejuicios, sino una moral y una ética sustantivas basadas en lo más  valioso que tiene la humanidad que es la diferencia. Somos humanos porque cada  uno de nosotros es diferente. Abrazar, cuidar y alimentar esa diferencia en la  pluralidad y la tolerancia es el desafío de la humanidad. Es cuidar al otro, es  hacerlo crecer en lo que está llamado a ser y no en la disciplina de lo que  nosotros queremos que sea. Ya bastante tuvimos nosotros con nuestros padres  diciéndonos serás contador, abogado, médico y no podrás ser artista, para que  nosotros le traslademos a nuestros hijos y a nuestros nietos la vieja historia  de proyectarme a mí mismo en los otros. En consecuencia esta moral sustantiva  debe dar cuenta de una permanente proyección del otro en su diferencia, con un  límite moral muy explícito: buscá tu diferencia, se lo que estás llamado a ser.  Lo que no podés estar llamado a ser es un arcaico y un bárbaro. Estar llamado a  ser implica la obligación moral de no mentir, de no usar, de no robar, de ayudar  al extranjero y de tener opción por los pobres.
La libertad del ser se  funda en la ley, no se funda en el azar ni en el derroche ilimitado de las  pasiones confusas que surgen de lo arcaico en cada uno de nosotros, por eso el  pueblo judío fue construido en un doble movimiento de liberación que fue caos,  pero de coraje que fue ley para poner la Torá en el desierto. Todas las  revoluciones en la humanidad que ustedes vieron no son otra cosa que una  liberación y una ley. Cuando esa ley no se pudo implantar hubo  contrarrevolución. El ejemplo de la revolución francesa es el modo más exacto en  que una liberación, que es la Bastilla, queda presa de la tentación mayoritaria  en la asamblea y en vez de construir una ley basada en la declaración universal  de los derechos del hombre, apropiada por la tesis mayoritaria, termina en el  terror y produce, por falta de ley para todos, la contrarrevolución y el imperio  napoleónico.
Los movimientos emancipatorios suponen un doble juego, de  liberación y de ley. Es el trabajo por esa ley, no represiva sino que permite la  diferencia y que permite a un país transitar el camino del desarrollo y la  liberación. No hay liberación sin ley. La vanguardia cree lo contrario.  Muchísimos de nosotros y algunos otros, han creído lo contrario en los 60 y en  los 70. Han peleado por la liberación pero no han creído que la ley era  importante y fueron presos de la contrarrevolución, o sea, de la represión  posterior. La primera cuestión del nuevo paradigma es la razón sustantiva que  funde la libertad y la diferencia y en segundo lugar, liberación y ley como  doble juego.
El segundo paradigma es que el sujeto no debe ser visto en  función de la relación que tiene con los medios de producción, sino que se debe  percibir claramente que la esclavitud del hombre está en relación a qué hace con  su tiempo y que los regímenes políticos son los que ordenan el tiempo de la  mayoría en beneficio de las minorías.
El tiempo capitalista  contemporáneo aliena hasta a los ricos porque ocupa el tiempo de un trabajo  vacío de sentido y usa el entretenimiento como ocupación del otro tiempo para  que el sujeto no pueda ingresar a sí mismo y pensar. No hay mayor esclavitud del  tiempo del sujeto y en consecuencia de la alienación que en el capitalismo en  todas sus formas contemporáneas, vacío de sentido, ocupación del tiempo,  imposibilidad de pensar y reflexionar del sujeto y aniquilamiento del lenguaje  como matriz de una humanidad sin lenguaje. Cuando la humanidad no tiene  lenguaje, ni palabra, no puede construir universos simbólicos de emancipación.  No ha sido casual el aniquilamiento del lenguaje, ni de la poesía, la literatura  y la historia.
La matriz más perversa de la comunicación contemporánea  es quitarle la palabra a todos para dársela a una élite, que piensa como  entretener a la mayoría, pero que nada cuenta de estas reflexiones. Por eso, la  nueva educación debe fundarse en una matriz que otorgue palabras, porque la  palabra y la historia pueden constituir universos simbólicos. En esa discusión  va mi propuesta de ley de educación, centrándose en esta cuestión. Tiempo y  lenguaje definen el sujeto, ¿qué vas a hacer de tu vida que es sólo tiempo? El  tiempo es materia deleznable, dice Borges en Heráclito. ¿Cómo vas a resolver  para que este tiempo sea vida y no entretenimiento, consumo o trabajo en el  vacío? La gran cuestión del nuevo paradigma es poner la cuestión de la  enajenación del tiempo y de la liberación del sujeto como liberación de su  tiempo al servicio de una nueva humanidad que pueda pensar mundos distintos. Esa  es la clave, es el segundo paradigma. Entender la liberación, no en términos de  titularidad o propiedad de los medios de producción, sino entender en términos  de regulación política del tiempo del sujeto.
El tercer paradigma: si  hay un tiempo del sujeto que se desprendió de la naturaleza, es el reloj, la  fábrica y la ciudad, pero al desprenderse del tiempo de la naturaleza empezó a  aniquilarla. Esta discusión del tiempo nos lleva a un nuevo paradigma. La gran  discusión no es entre estado-naciones. Voy a poner el ejemplo de las papeleras.  La gran discusión que viene es qué hacemos con el tiempo de la naturaleza, qué  hacemos con la naturaleza misma en ese tiempo. Parar el reloj es parar la  tecnología para pensar que ahí hay otro tiempo que debe ser respetado. Esta es  la tercera discusión. No nos tiene que dividir derecha e izquierda, sino una  concepción ambientalista, ecológica y holística del tiempo, del espacio y del  sujeto, versus la tesis productivista. Las papeleras no pueden dividir a  uruguayos y argentinos, no pueden ser nuestros hermanos uruguayos los enemigos.  Es un disparate histórico. La verdadera discusión debe ser entre uruguayos y  argentinos que defienden el ambiente, el tiempo y el sujeto frente a uruguayos y  argentinos productivistas que quieren aniquilar el tiempo, el sujeto y el  espacio.
Tenemos que plantear la discusión ahí, como hizo la declaración  de ley, aún desprendiéndose de que da más votos ir al acto de Gualeguaychú a  enfrentar a nuestros pobres hermanos uruguayos. Es un disparate de guerra  simbólica que aniquila el sujeto, que es prepotente con él.
Cuarto  paradigma: se acabaron, en consecuencia, todas aquellas posiciones o paradigmas  vinculados al estado-nación y al dominio territorial. Si la cuestión es qué  hacemos con los bienes de la humanidad, que son nuestros, sólo en términos de  soberanía nacional, pero que debemos preservar como estado para la humanidad.  ¿Qué hacemos con el agua dulce, qué hacemos con las reservas de los esteros del  Iberá, qué hacemos con la tierra indígena? Esta es la discusión, una tierra  habitada para todos, porque nuestros hijos no sólo van a vivir en la Argentina,  sino también en Uruguay, en Francia, en África, de modo tal que la extensión  territorial del espacio del paradigma emancipador se amplía, hasta cubrir el  espacio propio de la humanidad.
No es renunciar a la identidad, es dejar  de hablar estupideces. Tenemos que ver si estamos cortados por la vieja  identidad territorial del límite o estamos cortados por la vieja dimensión de la  condición humana en cuanto al tiempo, lenguaje, sujeto, igualdad y libertad. El  conflicto no cerrado de los mitos del pasado, peleándome con paraguayos,  uruguayos, con cada país del mundo sin tener posiciones de justicia, pero  llenando de miserias y suciedad el propio territorio en nombre del enemigo  externo, es lo que nos condena. Hipocresía fatal de los sujetos sin lenguaje,  sin rostro y sin mirada, que presidieron el acto del 25 de mayo en la  plaza.
El quinto paradigma. ¿Qué otra discusión viene? Es la discusión  de la organización económica y de la condición misma del trabajo. Hoy la  sociedad y el mundo se enfrentan a hombres sin trabajo, ligados a una cultura  donde el sujeto se definía por el trabajo, que es la de la sociedad industrial,  y hombres con trabajo sujetos a la misma alienación, con una liberación que es  la paga. Prostitutas de un tiempo y de un trabajo sin antropología, entregamos  el cuerpo para tener la paga.
Lo que viene es la dimensión sobre esta  noción del tiempo, del sujeto y de la racionalidad moral, de una organización  económica y social de la humanidad, donde la moneda vuelva a tener alguna  correlación con la producción y no con la producción de cualquier bien, sino que  la moneda y el valor de cambio tenga alguna correlación con la producción de  bienes necesarios para la sobrevivencia de la humanidad.
Tenemos que  trabajar por años y siglos para una organización global, no en lo financiero,  sino global en el respeto al espacio, a la naturaleza y en la producción y  elección de la reproducción de bienes indispensables para la vida de la  humanidad, y no para su entretenimiento. Es cierto que esto es muy difícil pero  lo va a hacer la historia, lo va a hacer Wall Street. La burbuja que hoy se ve,  donde una chalina vale 5000 dólares, es la que se vio en Japón, no lo vamos a  hacer los latinoamericanos.
También está la deuda y el déficit  americano. Pero tenemos que pelear por lo que viene, tenemos que determinar un  modo de organización económica, política y social. El caso chino es un caso  tremendo de una sociedad lanzada a la producción y al consumo, que está teniendo  problemas de derechos humanos y de medio ambiente trágicos. Los problemas de  medio ambiente en el mediano plazo en China no son los de la Argentina. Con mil  y pico de millones de personas, el medio ambiente produce una dramaticidad sin  precedentes, no para los chinos, sino para toda la humanidad.
El tema  del ambiente está siempre ligado a la violación de los derechos humanos, a la  explotación y a la subexplotación. Hay que volver a trabajar, no en relación  sólo a que todos tengan trabajo, sino a qué trabajo es antropológicamente libre  para el sujeto y poder acordar un modo de organización política y social que de  libertad al sujeto trabajando y que no lo oprima trabajando. En esto tenemos que  tener esta posición de debate y discusión. La gente tiene que trabajar, no  necesariamente por ingresos, sino para ser libres.
Tienen que trabajar  para un modo de organización donde haya ingresos garantizados y trabajo libre.  Es cierto que esto no se va a dar ahora, pero es cierto que hay que mirar el  mundo desde el porvenir, porque cuando se mira desde el pasado se otorgan planes  sociales clientelísticos para ver como ato a los pobres y los condeno al plan  social. En consecuencia, yo puedo hacer en la Argentina y en otros países, una  política de ingresos ligada a un trabajo libre que generalmente va a construir  universos simbólicos y trabajos más libres y más igualitarios. Es la discusión  de ingreso garantizado, como ingreso de ciudadanía, que nosotros lo tenemos  resuelto en niñez y en vejez, pero es preciso, con el tiempo, avanzar en el  debate hacia el ingreso universal de tipo social. No es una discusión de hoy,  pero es una discusión de un universo plantado en el porvenir.
Nosotros  tenemos que poder anticipar eso, aunque algunas cosas no se entiendan por las  categorías conceptuales del presente. No estamos acá para ocupar cargos, sino  para plantar el porvenir en el entendimiento colectivo de los argentinos. No  tengo la más mínima preocupación por una victoria o por una derrota. La única  preocupación que deberíamos tener es que estemos en condiciones de poder dar  estos debates y esta organización con este modelo. Esto es el sustento de un  contrato moral, que parece anodino, pero que es fundante. Es el sustento de un  contrato republicano que permita redefinir la democracia y la república, no  desde el lugar de la república aristocrática ni de la democracia mayoritaria.  Este es el lugar que permite discutir el pacto de distribución del ingreso como  ingreso de ciudadanía y la reconsideración del trabajo libre e igual. Este es el  ARI, por eso venimos luchando.
La propuesta en cada uno de los temas  tiene que tener profundidad de pensamiento atrás. Esta es la estrategia, que es  más que política, es cultural, es de natalidad de un nuevo universo simbólico  político, cultural y social, que de cuenta del mundo que viene y que no nos deje  en la plaza del 73. Esta es la misión. La misión no es para que nosotros  saldemos nuestros traumas, es para que nuestros hijos y nietos tengan cabida en  un mundo que tenga sentido.
Estrategia, que es cultural, política,  filosófica, ecuménica en lo religioso, que es profundamente racional pero de una  racionalidad moral, que no se asusta de lo agnóstico ni de lo místico y que  recrea la profundidad del ser en todas sus manifestaciones, que une y no separa,  pero diferencia, sabiendo que la unidad no somos nosotros. Si la unidad existe,  es Dios, no nosotros. Por eso en los planteos dictatoriales, el uno soy yo. La  diferencia y la dualidad es el uno, pero el uno, en todo caso, es el nirvana  para los budistas y el Dios para los judíos y los cristianos.
En  términos de esta estrategia, ahí viene la táctica electoral bajada a un país que  se ha resignado históricamente a la prepotencia del poder. Las conductas no son  ni buenas ni malas, son sinceramente miserables, pequeñas, menores, donde los  sujetos parecen correr a ver quién es más obsecuente en esa historia. Cuanto más  obsecuente es, más débil es y si es menos obsecuente se vuelve  traidor.
Para poder sostener estas ideas, hay que estar convencido y  desprendido. Hay que estar convencido de que este es el devenir, si no para qué  pelear, y hay que estar desprendido para defenderte de la realidad que te lleva  a un lado y al otro para que pierdas el objetivo. Hay que estar desprendido del  deseo por una posición, un cargo o un privilegio, del deseo de tener, durante  cuatro años, un ingreso asegurado, desprendido del éxito o del fracaso y seguros  de que no es con rejuntados que se construye el nuevo paradigma. No es  rejuntándose. La gente se rejunta por espanto, por ambición. La gente se une por  futuro, por progreso y por utopía. Por eso, nosotros vamos solos, hasta que  puedan darse las condiciones artesanales de praxis que nos vayan diciendo  quiénes otros han probado que resisten a la mediocridad de la prepotencia, pero  que también resisten a sus propias ambiciones. Porque la tarea no es resistir el  afuera, el problema es resistir el adentro.
En los tiempos de la fuerte  plaza del 25 de mayo, dicen que para nosotros es una derrota heroica. Dicen que  después de la tercera derrota, Lilita ya no será candidata. Si vamos solos,  debemos ser mínimamente coherentes. No puede poner la cabeza la Junta Nacional,  y la candidatura, para que cada uno en otra provincia esté ligado a la unión del  espanto. Si somos permeables a la lógica que nos impone el régimen, nosotros no  podemos transitar el camino nacional. No podemos caminar la nación diciendo  vamos solos, mientras se transitan las provincias diciendo vamos rejuntados.  Porque lo que se cae es la estrategia nacional, con lo cual esta opción  significa, lisa y llanamente, la disolución del partido nacional en estrategias  provinciales de alianzas de rejuntados. Si esto es así, es preferible rejuntarse  y que no haya candidatura nacional. Pero si vamos a hacer así, las alianzas  locales tienen que tener, por lo menos, una estrategia de principios coherente.  Sino va a ser imposible, esquizofrénico, va a ser el doble discurso y la doble  moral.
No quiere decir que en las provincias haya realidades  particulares, quiere decir que hay que tener mucho cuidado de cómo  artesanalmente se construye eso, para que no implique una contradicción que haga  perder el objetivo. En esto hay que ser muy cuidadoso y muy desprendidos.  Tenemos que ver si lo que queremos es este cambio cultural, político, de partido  o queremos buenos resultados electorales.
No es que nosotros no vamos a  seguir, porque así lo concebimos, así nacimos, así hicimos esto maravilloso  entre todos. Hoy, vienen investigadores de todo el mundo a preguntarnos cómo  construimos un partido de nuevo paradigma, de mujeres, de jóvenes, de hombres,  cómo armamos institutos, cómo formamos, cómo capacitamos, cómo peleamos sin  recursos y con otras lógicas, cómo hicimos.
Esta causa no nos pertenece  a nosotros, en consecuencia esta causa no está para ser negociada en una mayoría  circunstancial, aunque sea del partido. Esto es una definición estratégica y  táctica, no es que nosotros queremos esto, es que no puede haber dos  éticas.
Podría aparecer como la única líder opositora que puede  disputar. Los empresarios nos quieren financiar, no es que no lo quieran. Somos  el único partido que rechaza financiamiento y piensan que estamos locos.  Estarían contentos con una alternativa moderada, ética, indisciplinada a los  intereses del poder, que diera cuenta de una Argentina republicana que fuera por  otros negocios. Uno no podría estar en eso, no tiene ni cuerpo, ni corazón, ni  conciencia, sería una traición violenta, prepotente, inhumana, a una causa que  no nos pertenece a ninguno de nosotros. Sería por una sola razón: la  conveniencia de poder, que es la razón instrumental y fálica que guía a la  constelación del poder y de los partidos en la Argentina.
En aras de  esta pelea cultural estamos renunciando a esta táctica perversa de blanqueo,  como lo hicimos en el pasado, cuando siendo oficialismo, nos opusimos a las  leyes de la Alianza y no blanqueamos ninguna de las votaciones. Esta causa no  debe ser entregada por alguno de nosotros en algún lejano o cercano territorio  de la nación. Esta causa es de todos los argentinos. Cada uno sabrá lo que debe  hacer con su conciencia y con su estrategia.
La verdad no es una  relación entre un sujeto cognoscente y un objeto por conocer, es la confianza  que a su vez es el camino. Sólo vas a ser libre si en el tránsito de tu vida no  usás, no robás, no mentís, no entregás. A veces hay que renunciar hasta que  duela. Nosotros, los que estamos acá, tenemos la profunda alegría de no haber  tenido táctica, sino estrategia. Los partidos que tuvieron táctica, se cayeron  en el camino. Muchos venimos de alguno de esos partidos. El FREPASO es el  ejemplo de un partido que luchaba por principios parecidos a los nuestros, pero  que optó por la táctica y se perdió en el camino. El PI es un partido que  peleaba por algunas cosas como las nuestras, eligió la táctica y se perdió en el  camino. La Democracia Cristiana peleó, en su momento, y se perdió en el camino  porque eligió una táctica, porque delegó la táctica como si fuera una  estrategia.
Muchos que cuestionan posiciones, no tienen idea de las  horas que he pasado estos últimos seis años, elaborando una posición, no en  función mía, sino en función de saber que muchos de nosotros y de ustedes  piensan en posición propia y seguramente razonable, pero que un paso en falso  mío se lleva puestos a la causa y a todos ustedes. Tenemos que tener posiciones  de justicia, cuatro o cinco tuvimos este año.
Por ejemplo anticipamos el  golpe a Santa Cruz, con informes, viendo cómo se llevaban puesto a un amigo  personal que creyó que se podía convivir con la corrupción y la barbarie siendo  honesto. Condujimos desde un lugar, a veces difícil, la posición de la justicia  en el caso Ibarra, sin acompañamiento de muchos. ¿Qué hubiera pasado si  garantizábamos la impunidad de Ibarra, como algunos me recomendaron, con qué  discurso le íbamos a decir a la nación que 200 chicos y esas muertes quedaban  impunes porque nosotros éramos progresistas y entonces teníamos que proteger a  los progresistas, como si el delito fuera ideológico?
Es muy difícil  transitar en las votaciones cuando te venden estatización y es una privatización  patrimonialista corrupta. Si en lugar de anticipar y estudiar, hubiéramos  aplaudido la estatización, ¿qué nos hubieran dicho nuestros compatriotas  después?, cuando el agua, la luz quedaron en manos de los amigos del presidente,  que ni siquiera saben gerenciar. ¿Qué hubiera pasado si en vez de seguir a  Repsol y ver cómo los amigos del presidente se quieren quedar con las acciones  de Repsol no le anticipábamos la jugada? El 25 de mayo se anunciaba la  nacionalización en manos de Cristóbal López, el dueño de los casinos de la  Argentina. Qué difícil bisagra decir que no puede entrar a la cámara alguien que  ha torturado, cuando quienes sostienen que no se incluya son los mismos que lo  llevaron a la banca.
Tenemos que sostener esas posiciones y no nos  cuidamos en la imagen, no somos presidentes de un club de fútbol que opinamos de  un partido y no estamos sentados en el recinto defendiendo posiciones para la  república. Hay un liderazgo que en cada una de las posiciones, por más difícil  que sea, está poniendo la cara, aún contra la mayoría de la opinión pública y  aún con el cuestionamiento de sectores del propio partido, que prefieren la  comodidad de descansar un poquito en el camino, a seguir dando la lucha. ¿Para  qué pelearnos con los amigos, si Ibarra es bueno? ¿Para qué pelearnos y discutir  posiciones políticas adentro del partido, si mejor es disimular?
Ustedes  tienen que entender la dificultad de cada uno de nuestros diputados en las  provincias, de una diputada en Neuquen, en Río Negro, en el Chaco, de nuestros  compañeros de Catamarca, de San Juan que ni siquiera tienen representación pero  que han peleado una posición. Veo a nuestros compañeros de Formosa sacando 5000  votos, perseverando en organizaciones no gubernamentales, ayudando a la gente,  veo un solo diputado o diputada en el Chaco trabajando con los aborígenes, por  las tierras, en esa absoluta soledad, casi sin asesores.
Este partido se  hace y es posible por los compañeros que no tienen bancas, que están solos, que  no tienen un solo privilegio y están a lo largo y a lo ancho del país. Los que  más tenemos, los que tenemos bancas, asesores y lugares, tenemos que dar cuenta  de una generosidad, de un desprendimiento, de una grandeza, porque tenemos el  privilegio de tener los lugares sostenidos por los otros compañeros sin lugares.  Ellos son nuestras espaldas, no el poder. Ellos permitieron que esto sea un  partido nacional. Hubo muchos partidos locales, que ganaron la Capital, que  sacaron votos en los grandes centros urbanos, pero muy pocos partidos como éste  que se pudo construir nacionalmente. Para ellos mi más profundo  reconocimiento.
Hemos podido transitar todo esto y ahora nos queda un  paso más, que no va a ser entendido en términos de las culturas tradicionales,  que no es una alianza electoral. Nosotros debemos establecer un diálogo en la  diferencia con mucha gente que piensa distinto, para que pueda haber acuerdos de  conductas, consenso en la distribución del ingreso, el ingreso ciudadano para la  niñez y el régimen previsional y para que pueda haber acuerdo republicano. El  día que nosotros triunfemos, ese día no llegaremos al poder, es el día que los  que están a la izquierda y a la derecha en nuestro país, desde todo el arco  político, podamos celebrar un acuerdo de conductas, no con todos, no con los  corruptos, sí con los que piensan distinto.
Un acuerdo de conductas,  donde todos, la izquierda, la derecha, puedan decir que la distribución del  ingreso, el ingreso ciudadano de la niñez y un nuevo sistema previsional a la  vejez, es por la república. Nuestra batalla no es ganarle la idea al otro, es  convencer a toda la Argentina de que estos son los presupuestos fundacionales de  una nueva nación. Ese día triunfamos, salvo que nuestro triunfo sea una banca,  una presidencia, en cuyo caso no habremos estado peleando por una causa sino por  nosotros mismos.
Toca la difícil tarea, de ir revisando conductas  serenamente, de ver quiénes resisten, de ver quiénes van pudiendo resistir al  poder, de quiénes son capaces de articular estas políticas, de quiénes se pueden  sentar, qué empresarios, qué sindicalistas, qué políticos, en una Moncloa, qué  izquierda, qué derecha, hay que elegir. No se elige entre los propios, entre los  parecidos, porque sino estaríamos negando los presupuestos morales y filosóficos  de nuestra propia idea. O creemos en la diferencia, o la predicamos y no la  practicamos. Amar la diferencia es amar al otro que piensa distinto y tratar de  convencerlo. No vamos a hacer alianzas electorales, pero no vamos a tener  prejuicios. No podemos ser arrastrados por los mitos del pasado. No puede ser  que una plaza y el balcón tengan una propiedad, ni las palabras, ni los derechos  humanos. ¿Ustedes saben que el 80% de los productores ganaderos tiene entre 300  y 600 cabezas? Es un disparate llamarlos oligarquía, es un disparate histórico.  Era un término pertinente en la década de los 40, ¿vamos a volver a los años  20?
Voy a referirme como último punto que me parece importante para  debatir a la incorporación a este partido de las alianzas de las fuerzas  sociales. Me parece que es una discusión que se tiene que dar. Nosotros  trabajamos con las fuerzas sociales que quedaron resistiendo. No hay fuerzas  sociales que resistan en muchos lugares donde antes resistían. En los espacios  simbólicos que nosotros teníamos antes, no hay nada.
Mi primera recorrida  por la nación, no fue como ARI, fue defendiendo al campo de las deudas  hipotecarias y de las ejecuciones. Quiero que se recuerde para que nadie crea  que son posiciones cambiantes, yo siempre acompañé al campo, vengo del campo y  siempre voy a defender al campo. Y el campo no puede ser el enemigo de una  fuerza progresista. El campo también funda el progreso de una nación y debe ser  conservador para que la ciudad pueda ser dinámica, porque si el que está en el  campo es dinámico, se va a la ciudad y no se queda en el campo. Salvo que los  que estén en la ciudad estén dispuestos a volverse al campo, con lo cual se  vuelven conservadores.
El ARI no va a morir porque es una causa, no es  un partido. Pero tengan cuidado que no se los lleven puestos. Hay que hablar,  hay que lograr llenar espacios y en eso hay que tener el cuidado artesanal de ir  viendo quiénes resisten y abrir esas listas a las personas de las que tengamos  la seguridad que van a resistir. A veces no responden a nuestro estereotipo,  pero dan cuenta de una persistencia, de una perseverancia, de una adhesión al  partido. ¿En qué nos estamos fijando nosotros, la estética o la conducta de las  personas? ¿Hay que ser barbudo para ser progre y consecuente? Tenemos que poder  dar cuenta de la ruptura de nuestros propios estereotipos.
Si yo no me  hubiera desprendido de mis estereotipos, con los que me eduqué, ir a un club de  golf, al rugby, etc, hubiera juzgado a la gente por su cartera, que era lo que  decía mi abuela. Este estereotipo también está en el otro lugar, que consiste en  que si yo no tengo una determinada apariencia no soy setentista. Romper estos  estereotipos, entender y profundizar la diversidad, es un deber para con nuestra  historia. Nuestros hijos no pueden tener diferencias estéticas.
Hay una  cosa que nosotros no logramos tener y es la igualdad metida en el corazón. Una  cosa es el discurso. Mi padre me lo enseñó. Cuando yo era chica en la mesa se  sentaba el peón del campo y estaba al lado don Arturo Illia. El peón estaba  vestido con el traje de mi papá y mi papá estaba en camisa, pero no porque había  hecho de eso un espectáculo, sino porque él en ese momento había pensado que los  que tenían que estar junto al presidente eran sus amigos, los que habían  trabajado por el radicalismo en esas chacras, los que lo amaban. Hubiera podido  sentar ahí a los amigos de la ciudad con los que se había criado. Esa igualdad  del corazón es entender que esta es nuestra opción irrenunciable, para con el  que no tiene casa ni comida. Pero también es pobre el que no tiene quien le  hable aunque sea rico y no podemos despreciarlo porque ahí hay una condición  humana sola que nos llama y que nos necesita.
El país que deseamos es  uno donde la riqueza no sea la diferencia y el basamento del prejuicio, donde  haya ingreso ciudadano pero donde sepamos que en cada uno, aún en el peor de  todos, hay una humanidad que nos llama. Si pudiéramos desprendernos de todo eso,  entender que no vamos a dejar de ser de clase media porque nos hagamos  obreristas, que no pasa por una cruz ni por unos anteojos, si cada uno puede  hacer lo que quiera con su vida, si tiene límite moral y ley, trabaja por la  libertad. La gente puede estar con o sin aro, barbudo o sin barba, gordo, flaco,  rico, pobre, construyendo una humanidad distinta. El progresismo tiene que  desprenderse de sus estereotipos para construir progreso, porque sino queda  circulando en el 3% electoral de los que creen que luchan por todos, y están  luchando por sus cargos en el parlamento nacional.
Algunos creen que  hablar difícil, con términos sociológicos es ser setentista. Ser setentista es  creer en el progreso de una nación, no es hablar difícil. La llaneza del  lenguaje es propia de la grandeza de los espíritus. No queramos parecer ser  otros de lo que somos, seamos obreros, ganaderos, empresarios, mujeres, hombres,  seamos lo que somos, con una clara opción por los pobres, por todos los pobres,  por la justicia, por el ambiente, por el sujeto, por el lenguaje. Si nosotros  podemos hacer esto y estoy convencida que lo vamos a hacer, y vamos a poder dar  sentido a una nación, pero más que a una nación, a una Sudamérica que necesita  una revuelta encendida.
 
 
