Sin duda en mi pueblo hay malvados,
     que están al acecho como cazadores de aves,
     que ponen trampas para atrapar a la gente.
Como jaulas llenas de pájaros,
     llenas de engaño están sus casas;
  por eso se han vuelto poderosos y ricos,
gordos y pedantes.
  Sus obras de maldad no tienen límite:
  no le hacen justicia al huérfano,
     para que su causa prospere;
  ni defienden tampoco
     el derecho de los menesterosos.
Jeremías 5:26-28
7/5/08
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